El siguiente
artículo está escrito por Mª
Victoria Gallardo Jáuregui (Equipo de Orientación Especializado en Discapacidad
Motora de Málaga) y ofrece pautas para valorar y evaluar al alumnado con
limitaciones en la movilidad. Señala qué y cómo se debe evaluar para establecer
un plan de intervención. Es decir, indica que hay que conocer el entorno socio
familiar, las capacidades y potencialidades que tiene el niño/a para finalmente
evaluar y habilitar el entorno escolar.
EVALUAR AL ALUMNADO CON
LIMITACIONES EN LA MOVILIDAD. ¿QUÉ
HEMOS DE VALORAR Y CÓMO?
Posted on 14 diciembre, 2012
Mª Victoria Gallardo Jáuregui. Equipo de Orientación
Especializado en Discapacidad Motora. Málaga. Consejería de Educación. Junta de
Andalucía.
Javier Tamarit conocido y reconocido psicólogo con gran experiencia en el mundo de
las personas con diversidad funcional, comenta con frecuencia que, para trabajar en este
campo es necesario tener EMPATÍA, TÉCNICA Y ÉTICA.
Estas líneas versan acerca de la evaluación de personas con limitaciones motoras, de
cómo los profesionales de la orientación, desde nuestro humilde pero comprometido y
contrastado punto de vista, hemos de abordarla. Y para ello no nos puede faltar ninguno
de los tres ingredientes que nombra Tamarit.
Empatía es que seamos capaces de ponernos en el lugar del otro (del alumno, de la
madre, de ese tutor, de la monitora, de los compañeros…). Que seamos conscientes que
cuando estamos buscando potencialidades en ese niño o niña, es para establecer puentes
que lo saquen de su aislamiento, que le proporcione la confianza suficiente en él y en
los que le rodean.
Técnica: conocimiento de las secuelas de la dolencia que tuvo o tiene, de la evolución
de su salud, saber evaluar qué metodologías son las más adecuadas en función de las
características de su condición física, intelectual, emocional y social. Saber interpretar
los signos de alertas de una crisis epiléptica, de una deglución atípica, de una vejiga
neurógena… Si conocemos qué consecuencias tiene cada uno de estos ejemplos
podremos recomendar y determinar, momentos de descanso, ejercicios para evitar que
la comida se aloje en el pulmón o disponer de un aseo adaptado y limpio para poder
evacuar tranquilamente esa vejiga.
Ética: es el condimento más importante, ya que si actuamos en función de ella, nuestras
conclusiones y orientaciones tendrán el objetivo de velar porque ese alumno o alumna
tenga las mejores condiciones posibles para su educación. En este sentido siempre
hemos de reflexionar a quién favorecemos con nuestras actuaciones: ¿al desarrollo del
alumnado? ¿a la comodidad de determinado profesorado? ¿ a la merma de recursos para
la inclusión?
Antes de abordar el tema que nos compete en estas breves líneas, me gustaría que nos
detuviésemos a observar estas ilustraciones tomadas prestadas de Daniela Kulot (2007)
donde podemos observar gráficamente qué ocurre cuando nos situamos muy alejados de
la situación de nuestro alumnado. Nos metemos en la piel del cocodrilo como
orientadores.
Y qué pasa, si decidimos ponernos a su altura, somos capaces entonces de diseñar una
intervención a su medida y un espacio que pueda ser compartido e inclusivo:
¿Qué y cómo hemos de evaluar para establecer un buen plan de intervención?
1.- Conocer el entorno socio familiar.
Las condiciones de vivienda, necesidades
familiares, integración en el barrio, relaciones y apoyos familiares, disponibilidad de
colaboración con tratamientos, implicación con el centro escolar.
Mediante el trabajo coordinado con servicios sociales, centros de atención temprana,
gabinetes privados con entrevistas y observaciones directas.
2.- Capacidades y potencialidades del niño o niña.
Hemos de saber con precisión la evolución de su diagnostico clínico, cuales de sus
características son atribuibles a un determinado síndrome, qué hemos de preguntar a los
expertos y a las familias para diseñar un buen plan de intervención.
- Aspectos perceptivos. No solo hay que conocer el funcionamiento visual y auditivo
sino también si hay algún problema de visión estereoscópica, dificultades de
reconocimiento de figura-fondo y todos aquellos aspectos que puedan afectar al
aprendizaje.
- Comunicación. Formas y niveles de comunicación oral, gestual y aumentativa. Es la
clave y el aspecto más importante del desarrollo humano. Para evaluar en el caso de
ausencia de lenguaje oral, es necesario utilizar diferentes representaciones de la realidad
(objetos, fotografías, pictogramas, alfabeto), así como disponer de distintos
comunicadores con voz.
- Movilidad y Control Postural. Hemos de conocer la capacidad para desplazarse por
el espacio no sólo andando, sino reptando, gateando, culeando…(todas estas funciones
se podrán aprovechar para diseño de actividades de educación física). Es necesario
probar distintos productos de apoyo que faciliten el desplazamiento (triciclos adaptados,
andadores de distinto tipo, sillas de ruedas autopropulsable, eléctrica,…). Asimismo
hay que analizar cuales son las mejores posturas que, de forma autónoma, puede
mantener el niño y en cuales necesita materiales adaptados (estabilizadores, cuñas, sillas
posturales, reposapiés, adaptaciones de mesas, atriles….)
- Manipulación. En este área podremos pedir información al servicio de terapia
ocupacional, si es que el alumno asiste a alguno. Hemos de evaluar las funciones
manipulativas con y sin productos adaptados (distintos tipos de agarre, materiales
antideslizantes, lápices especiales, distintos tamaños de piezas,…) Si el niño o la niña
no puede realizar una escritura manual, se ha de evaluar el acceso al ordenador con los
distintos periféricos y sus adaptaciones. Asimismo es importante que se incluya el aprendizaje del manejo de programas digitales dentro del plan de trabajo como algo
prioritario.
- Competencias cognitivas. La capacidad de atención, distintos tipos de memoria,
reconocimiento, abstracción y resolución de problemas no pueden ser evaluadas con
pruebas estándares ya que los dos canales de ejecución (motor y verbal) están alterados
en muchas ocasiones. Se pueden utilizar partes de pruebas pero analizadas de forma
cualitativa y anulando los tiempos de ejecución establecidos.
- Alimentación, higiene y vestido. Estos aspectos son determinantes para la autonomía
de una persona, por lo que deben analizarse e incluirse como muy importantes dentro
del trabajo escolar.
- Autoimagen, asertividad, estabilidad emocional. Este es uno de los aspectos más
importantes en el desarrollo de la personalidad de las personas con diversidad funcional
y más obviados de ser explicitados.
Sugerencias prácticas para realizar una correcta evaluación y en consecuencia
planificar una adecuada habilitación (algunas publicadas por nosotros en Aljibe
2001)
- Evaluación multidisciplinar.
- Partir de las capacidades, no de los déficits.
- Buscando las mejores vías de comunicación con el niño.
- Ofrecer variedad de situaciones para poder realizar observaciones diversas.
- Utilizar materiales cotidianos y conocidos por el niño.
- Poniendo mucha atención en los procesos: estrategias de resolución de los
problemas planteados, estilos de pensamiento y aprendizaje.
- Ofreciendo al niño una amplia gama de materiales adaptados y productos de
apoyo adecuados.
- Desde una perspectiva de co-ayuda y de ejecución asistida si fuese necesaria.
- Cuidando extremadamente no crear situaciones de fracaso y frustración en el
proceso de evaluación.
- Procurar un ambiente relajado.
- Con la participación de la familia y de personas claves.
- Siendo conscientes que cada evaluación es una oportunidad de aprendizaje y que
ha de ser útil.
3.- Evaluar y Habilitar el entorno escolar.
Ante la evaluación de alumnado con necesidades educativas específicas hemos de tener
claro que no sirve de nada evaluar sólo al niño o niña, sino se analiza el entorno donde
va a desarrollar su vida escolar, el estilo de enseñanza del profesorado, la preparación
técnica y la ideología.
Aspectos que no debemos olvidar para proponer su habilitación (adaptaciones de
acceso):
- Transporte adecuado con las condiciones de seguridad necesarios.
- Accesibilidad física en todo el centro escolar, aula con espacio suficiente para
deambular por ella, pizarras, percheros, estanterías a la altura del alumno.
- Señalización accesible cognitivamente en todo el centro.
- Aseo bien diseñado donde se puedan disponer de los productos de apoyo
necesarios: camilla, grúa para trasvases, adaptador de inodoro, lavabo sin pedestal,
barras de sujeción, ducha enrasada en suelo…
- Mobiliario adaptado en todas las estancias donde tenga que estar el alumno.
- Estabilizador o andador (si han sido prescritos por los médicos rehabilitadores
del Servicio de Salud).
- Triciclos, coches o reptador para recreos y educación física.
- Materiales didácticos adaptados para facilitar la comprensión y la manipulación
(lápices, tijeras, plástico antideslizante, adaptaciones con velcro, imanes, etc.)
- Comunicadores en caso de ausencia de lenguaje oral.
- Ordenador de uso personal con los periféricos adecuados en cada caso.
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